lunes, 11 de abril de 2011

LAS FAROTAS DE TALAIGUA


La historia de las "Farotas de Talaigua" emerge de la feroz tensión original creada por la presencia del blanco entre los bogas de nuestro zambaje ribereño.
Los bogas se vengaron, y lo siguen rememorando, mediante el cinismo de su lenguaje "visual": Nacieron las Farotas. El atávico travestismo de bogas de pelo en pecho y con toda la barba, representando a sus mismísimas mujeres como meretrices en calor, surtió todo el efecto deseado, y las hembras, humilladas por la burla, volvieron al bohío.
Santo remedio. Hoy en día, entre chascarrillos y burlescos, son las propias mujeres quienes maquillan a sus maridos y los ornamentan con sus mismísimas prendas, a las que añaden el sombrero obsoleto, la sombrilla y las pañoletas que cuelgan de la cintura.
En la parte superior, llevan una franela ajustada de las que se usan en la región para las labores del campo y encima una pechera adornada con lentejuelas y canutillos. 






De entre todas las danzas y comparsas que de los pueblos ribereños del río Magdalena se remontan a Barranquilla para gozar la juerga del dios Momo, las "Farotas de Talaigua Nuevo" constituyen uno de los grupos más alegres, juguetones, vistosos e irreverentes, que adornan las fiestas de carnaval, dueños, también, de la más antigua y solida tradición histórica. Su origen se remonta a la colonia, y sus protagonistas son los bogas. Talaigua es un Municipio ubicado en la depresión Momposina. Los indios, primero, hasta su total exterminio. Luego vinieron los negros desde las lejanas tierras, y aunque las relaciones entre negros e indigenas fueron siempre celosamente prohibidas por la Corona española, el zambaje -mezcla del negro con la india- se convirtió en el patrón racial del Río Grande."

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